Como esta salida consistió más bien en pasar frío, hacer fotos, y avanzar poco, tampoco voy a poner la ficha técnica de la misma, pues no merece la pena.
El miércoles 10 de febrero de 2010 nos fuimos a la Fábrica de Orbaiceta para hacer alguna rutilla desde allí, aprovechando la nieve recién caída. La idea era subir Urkulu y marear por allí, en función del tiempo, pero como había nubes clavadas en las cimas todo el rato al final decidimos quedarnos por abajo haciendo una pequeña ruta y sacando fotos.
El recorrido consistió en subir al collado de Azpegui desde la fábrica, de ahí por el GR 12 hacia el collado de Arnostegui (al que no llegamos pues se cerraba ya mucho la niebla) y luego bajar a la fábrica de nuevo por el GRT 8 (GR Transfronterizo), por las laderas del Mendilaz.
La ruta no necesita mucha más descripción pues todo está muy señalizado. Paso a poneros algunas fotos para que veáis lo bonito que estaba todo, aunque ha pasado ya tiempo...
La ex-iglesia de la Fábrica de Orbaiceta. Ahora es una cochera-almacén.
Por la carretera nevada que sube a Azpegui. Había una capa de unos 5 ó 10 cm. de nieve totalmente polvo. Muy agradable para andar.
El Refugio de Azpegui, pocos metros antes de llegar a la zona de pastos.
Continuamos hasta el collado.
Llegando a Azpegui tenemos este poste señalizador. Por el GRT 8 que señala a nuestra derecha, volveremos.
Más arriba tenemos este otro poste señalizador. Menos mal que sabemos dónde queremos ir, porque como tuviéramos que leerlo aquí...
Hacia abajo vemos el GRT 8 por el que volveremos.
Por este bosquecillo vamos a subir siguiendo el GR 12. Cuando el sol asoma las ramas toman un brillo especial...
... y la nieve del collado nos regala unos juegos de luces estupendos.
Cerca de nuestro camino vemos esta Virgen en lo alto de una peña. No la había visto cuando vinimos la última vez, en noviembre de 2005. No sé si estaría. Creo que debe ser la Virgen de Aramuño, según he leído en Internet, donde hacen alguna romería tradicional.
Nos internamos en el bosque dirección al Collado de Arnostegui.
Cuando el sol asomaba cambiaba por completo todo el paisaje.
Llegamos a lo alto de un repecho, donde hay una serie de dólmenes y un poste señalizador para subir al Urkulu por aquí. Este arbolito solitario llama mi atención.
Dolmen nevado.
Esta foto me encanta. Sale el sol entre las nubes e ilumina esta escena, en la que parece que el árbol solitario se va a enfrentar a todo un ejército de árboles.
El linde del bosque.
Éste fue el único momento en que vimos algo del Urkulu... Fue un instante. En fin, volveremos otro día mejor.
Como ya hemos hecho hambre (serán sobre las dos), nos metemos en el bosque a comer, a ver si encontramos un cierto resguardo del viento tan desagradable que sopla. Hace -7ºC, y con el viento que sopla...pues supongo que menos. Comimos en apenas 10 minutos del frío que teníamos.
Estando dentro del bosque hubo varios momentos en que asomó el sol regalándonos uno de los momentos más bonitos de la jornada.
Después de comer la niebla se estaba cerrando más, así que nos volvimos para abajo. Niebla+Nieve+Frío+Viento no era una buena ecuación... Al menos para nuestros parámetros, jeje.
Más juegos de luces.
De camino para Azpegui nos acercamos a la curiosa imagen de la Virgen. Tenía bastantes flores...
... ¡y hielo!
Las bordas que hay allí eran especialmente fotogénicas iluminadas por el sol que asomaba de cuando en cuando.
Ya vemos el camino por el que vamos a volver, en las laderas de Mendilaz.
Más árboles helados.
Yendo por el camino se abrieron algunos claros (de vez en cuando) y nos dejaron fotografiar algo de cielo azul.
Me encantan las alambradas...
El camino cruza este portillo y continúa descendiendo poco a poco.
Al final llegamos al pequeño núcleo de Larraun, donde el GRT 8 hace un giro de 180º para empezar el descenso en serio hacia la fábrica.
El sol de la tarde ilumina los campos nevados cuando asoma entre las nubes. Siempre mejora el día cuando ya te estás yendo...
Cada vez vemos las ruinas más cerca.
Y así acabamos llegando a las ruinas de la fábrica.
Y de nuevo al coche. Ha sido un agradable paseo que ha dejado imágenes gélidas en nuestras retinas.
Hasta la próxima.
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