Cimas: Higa de Monreal (1294 m.).
Punto de Partida: Carretera de subida a la Higa, poco después de Monreal (Navarra).
Tipo de ruta: Circular.
Desnivel aproximado acumulado: Unos 750 m.
Tiempo aproximado sin paradas y a un ritmo tranquilo pero constante: 3 h. 20 min.
- Aparcamiento - collado suroeste de la Higa: 1h. 5 min.
- Collado suroeste de la Higa – cima: 1 h. 5 min.
- Cima – coche: 1h. 10 min.
Otras observaciones: La subida por la parte de detrás de la Higa tiene unos tramos muy empinados. Con la cadena se suben sin dificultad, pero son especialmente incómodos en épocas lluviosas por lo resbaladizo del terreno.
El pasado viernes tuvimos la ocasión de realizar una ruta a la que tenía ganas desde hace tiempo: subir andando a la Higa de Monreal por detrás. Había oído que se trataba de un sendero muy empinado pero atractivo, rematado en su parte más alta por cuatro tramos de cadenas. La ruta superó con creces mis expectativas…
Aquí os dejo el recorrido realizado en Google Earth:
Ver El Toledano Errante - Recorridos en un mapa más grande
* Podéis descargar el archivo kml del recorrido con los puntos de interés del mismo pinchando aquí.
Aquí el track (pintado a mano, como el kml) en Wikiloc.
El perfil altimétrico:
Y aquí el mapa topográfico de nuestro recorrido. El ascenso hasta el collado suroeste de la Higa lo hicimos por el itinerario rojo (se puede hacer por el otro lado, por el azul, pero es más largo; ver algunas fotos del otro recorrido en [Vuelta alrededor de la Higa de Monreal]). El resto del ascenso y el descenso lo hicimos por el itinerario azul, hasta llegar al punto en que volvemos a unirnos al itinerario rojo.
Al llegar a Monreal nos metemos en el pueblo y bajamos hacia el puente que cruza el río Elorz. Dejamos atrás Monreal.
Enfilamos por la carretera que sube a la higa, y a unos 250 m. tenemos una casa a la derecha de la carretera. Allí dejamos el coche (533 m.), pues junto a la parte trasera de la misma arranca nuestro camino de subida.
El sendero va ascendiendo acortando una gran curva de la carretera que sube a la Higa, que queda a nuestra izquierda. Al rato salimos a la carretera y la atravesamos, pues el sendero continúa al otro lado. Ascendemos ahora al borde de una alambrada que cerca una parcela. Al final de la misma encontramos una pequeña bifurcación de senderos. Nosotros tomamos a la subida el izquierdo y a la bajada salimos en el de la derecha. En realidad da igual. Cualquiera de los dos senderos nos saca de nuevo a la carretera en pocos metros.
En esta segunda vez que tomamos la carretera es donde podríamos elegir (aunque de nuevo se puede hacer más arriba). Si avanzamos por la carretera unos 50 m. hacia la derecha encontraremos otro camino a la izquierda que continúa subiendo. Ése es el camino por el que bajamos nosotros y por el que se puede subir siguiendo los hitos y las marcas de pintura amarilla hasta la cima por la cara norte de la Higa.
Nosotros, no obstante, teníamos planeado subir por el camino de la cara sur, así que cruzamos la carretera y justo enfrente de donde habíamos salido (en caso de haber tomado el desvío de la derecha al final de la valla; si hemos tomado el de la izquierda es un poco hacia la derecha pero muy cerca) se encuentra el arranque de otro camino. Por él continuamos hacia arriba.
Pronto iremos encontrando marcas de pintura amarilla que marcan el camino.
El sendero atraviesa la carretera en tres ocasiones más (siempre con una clara continuación al otro lado) y luego se desentiende por fin de ella para internarse en la cara sur de la montaña. Según la cartografía del SitNA se trata del Camino de Alaiz.
Atravesamos una alambrada y seguimos subiendo.
Avanzamos entre bojes y pronto empezamos a tener buenas vistas hacia el valle.
Tras un tramo de senderos algo confuso (donde hay que tirar siempre por el sendero principal, que va algo hacia la izquierda) alcanzamos un pequeño alto (848 m.) y desde allí seguimos subiendo hasta otro colladico (909 m.), sobre un pequeño hombro que se desgaja de la montaña en dirección sur. Se trata de un lugar agradable y muy apropiado para hacer un descansillo y disfrutar de las vistas.
Seguimos nuestro camino y unos 300 m. más adelante nos encontramos con las ruinas de la Borda de Cascante.
Pasamos junto a ellas y continuamos. Desde aquí el camino se vuelve más ancho y claro. Ya estamos a unos 500 m. del collado en que se encuentra el cruce de caminos y desde donde comenzaremos la ascensión en serio.
Por fin llegamos. No sé cómo se llama el collado, pero yo lo denomino collado suroeste de la Higa (937 m.). Allí se encuentran las ruinas de la Borda de Ibarrola.
Tenemos un cruce de caminos. Según hemos llegado podemos continuar girando a la derecha en una pequeña curva o tomando un camino que sale a nuestra izquierda. Nosotros hemos de seguir por la derecha, por la pequeña curva.
Y en seguida, cuando el camino vuelve a girar hacia la izquierda, lo abandonamos ascendiendo por la ladera en dirección N y luego NE. En realidad, estamos haciendo un giro de casi 180 º respecto al camino por el que habíamos subido.
La cima se nos presenta relativamente cerca (a unos 350 m. de desnivel), cubierta a veces por las nubes.
Pronto empezaremos a encontrar hitos, que serán vitales en lo que resta de recorrido, pues hay partes en las que es bastante fácil acabar "embojado" o perdido si perdemos los hitos.
En seguida atravesamos un pequeño prado. Nos vamos moviendo más o menos en dirección NE.
Pronto el camino girará decididamente hacia el norte y enfilará un empinado roquedo, que se supera sin mayor complicación. Eso sí, la cosa empieza a empinarse…
Una vez superado este primer escalón hacemos un descansillo para recuperar fuerzas y disfrutar de las vistas.
Luego seguimos ascendiendo entre rocas y boj.
Al llegar a una zona un poco menos empinada donde desaparece el roquedo y abunda la vegetación baja, perdemos los hitos. Hemos de continuar directamente hacia arriba por alguno de los muchos senderillos que existen, buscando como referencia un árbol solitario que se encuentra visualmente delante de los roquedos de la cima. En una de sus ramas tiene una señal de plástico blanco que nos orienta.
Desde allí los hitos vuelven a ser fáciles de seguir y el camino prosigue su ascenso.
Entonces llegamos a los tramos de cadenas. Se trata de cuatro tramos especialmente empinados que cuentan con largas cadenas ancladas a las rocas para ayudar en la progresión. Son especialmente útiles para épocas en que se encuentra el suelo húmedo, como era en día en que nos encontrábamos. Resbalaba tanto el barro que sin ellas habría sido imposible subir.
El primer tramo es el más largo y resbaladizo. Tiene dos segmentos con cadenas, y entre ellos un pequeño tramo de uno o dos metros sin ellas, en el que será necesario ayudarse de la vegetación para no escurrirse en caso en estar el terreno muy resbaladizo.
Los siguiente tres tramos son más cortos y discurren más por zona rocosa, lo que hace que sea más cómodo el progreso.
Al salir de uno de ellos (no recuerdo bien si era el segundo o el tercero) parece que se pierde el camino y los hitos. Hemos de buscarlo hacia la derecha. En seguida veremos que sigue ascendiendo.
Por fin, tras el último tramo nos encaramamos casi en la cima.
Y ahí la tenemos, con sus feas construcciones y antenas…
Luego me he enterado de que hay un buzón montañero por allí, pero ni lo busqué porque no lo sabía.
Al llegar al muro del complejo que hay en la cima tenemos dos opciones, girar a la derecha o a la izquierda. Por la izquierda seguiremos hasta el mirador con un panel informativo que hay allí y veremos antes de eso el arranque del camino de descenso, referencia importante.
Nosotros no lo sabíamos y giramos hacia la derecha, hacia la ermita de Santa Bárbara. La niebla nos cubría unas veces y otra nos mostraba el increíble espectáculo de las cumbres pirenaicas nevadas. Soplaba un viento fortísimo y helador…
Contraluces en la niebla.
A ratos se abría la nube en la que estábamos metidos y podíamos gozar de unas maravillosas vistas.
Hacia la Peña Izaga.
Monreal a nuestros pies.
Entre la niebla se intuye Pamplona.
El valle del Elorz.
El gigantesco repetidor de la cima.
Para el descenso volvimos a subir al mirador (la ermita está algo más baja) buscando el arranque del camino. Como no sabíamos que estaba un poco más hacia atrás, bajamos desde allí por la hierba más o menos en dirección NO hasta cruzarnos con el camino.
La niebla se termina de abrir y el viento desaparece. A nuestros pies tenemos un precioso espectáculo.
A nuestra izquierda vemos que en la Sierra de Alaiz están construyendo algo. No sé si serán más molinos… Hay que ver cómo se van comiendo la montaña… es una pena.
Ahora sí se ve bien toda la Cuenca de Pamplona y el final del valle del río Elorz.
Nosotros ya hemos dado con el camino y continuamos bajando con estas bonitas vistas. El camino va señalizado con algún hito y marcas amarillas de pintura.
Y al cabo de un rato penetramos en el hayedo. El Fayal de la Higa, tal como aparece denominado en la cartografía del SitNA. El camino desciende ahora en cómoda pendiente, zigzagueando y por un mullido suelo de hojas. Nosotros apuramos el paso y bajamos ligeros pues se nos echa el tiempo encima…
Salimos del bosque a la carretera, a la altura de una curva cerrada. El camino parece seguir un rato por el bosque sin bajar a la carretera, pero finalmente nos deja en la curva. Si salimos a la carretera nada más encontrarla podemos atravesar por otro atajo y ahorrarnos la curva. Nosotros seguimos y tuvimos que bajar unos 200 m. por la carretera hasta encontrar el siguiente atajo a nuestra izquierda, pero vamos, poca cosa. Da igual una u otra alternativa.
Tras este corto tramo de carretera (que como he dicho se puede acortar pero no nos dimos cuenta), volvemos a tomar el sendero en un punto señalizado con hitos. Tras una corta bajada nos deja en la siguiente curva de la carretera, y ahora sí que hemos de avanzar un poco más por ella. Se trata de casi 400 m. hasta que encontremos el hito a nuestra izquierda que nos indica la continuación del sendero. Hay que tener cuidado de no bajar por donde discurre la línea de alta tensión, que se podría confundir con un camino en caso de niebla. El desvío está algo más adelante.
Tomamos pues el sendero y nos baja al siguiente tramo de carretera que cruzamos, pues nuestro atajo sigue enfrente. Otro tramo de descenso por sendero (bastante arreglado, por cierto, y con pintura que parece llevar poco tiempo) nos deja en una curva de herradura que la carretera realiza hacia la izquierda. No hemos de salir a la carretera, pues desde aquí nuestro sendero continúa en la dirección opuesta.
Seguimos bajando y Monreal aparece cada vez más cerca.
Cruzamos de nuevo la carretera y entramos en un nuevo tramo de sendero que se va aproximando hacia un pinar. Justo al llegar al pinar hay una bifurcación marcada con un hito. Nosotros seguiremos hacia la derecha. Si tomáramos a la izquierda penetraríamos en el pinar y el sendero nos llevaría al camino que rodea la Higa por el norte.
Continuamos el descenso y atravesamos un ancho camino de tierra que proviene de una curva de la carretera. La continuación de nuestro sendero está enfrente, y por ella bajamos siguiendo siempre las marcas de pintura amarilla o los hitos.
Salimos de nuevo a la carretera y andamos unos pocos metros por ella hacia la derecha para encontrar la continuación de nuestro camino. Hemos llegado al punto de bifurcación de la subida. Tomamos el sendero y salimos junto a la alambrada que rodeamos al subir.
Lo que queda de recorrido es lo mismo de la subida. Se cruza por última vez la carretera y se llega al coche por el camino por el que empezamos el periplo.
Y así termina este interesante y cercano recorrido. Hemos bajado en 1 h. justa, pero hemos corrido en algunos tramos porque íbamos algo apuradicos de tiempo. El descenso normalmente llevará algo más de tiempo.
Aquí os dejo un pequeño vídeo resumen que hemos hecho.
Hasta la próxima.
Enlaces externos:
* Ascenso por la vía normal.
* Sobre la etimología de la Higa de Monreal.
igual cae este finde que viene .....buena pinta tiene!!!
ResponderEliminarmuy chulas las fotos.
Un reportaje magnífico. Muy bien explicado. Había oído hablar de esas cadenas, pero yo creo que nunca las había visto en una imagen. Es un recorrido que apetece hacer, porque cuando estuvimos nosotros el tiempo nos hizo una faena y la niebla nos comió rápidamente. Buena investigación pareja.
ResponderEliminarA ver si puede ser Javier. La verdad es que merece la pena.
ResponderEliminarMikel, hasta que vi tu reportaje nunca me había llamado la atención la Higa. Pero desde entonces tenía el runrun en la cabeza de subirla... y cuando me enteré de que se podía subir por detrás ya no quedó más remedio que ir, jejejeje
Saludos a los dos!!