Fecha:
Cimas:
Punto de Partida:
Tipo de ruta:
Desnivel aproximado acumulado:
Tiempo aproximado sin paradas:
Otras observaciones:
El miércoles 17 de mayo de 2006 salimos de Pamplona con idea de subir al "techo" navarro: la Mesa de los Tres Reyes (2444 m.).
Esta cima es una pirámide que se eleva sobre la cresta de los picos de Budoguía (de orientación oeste-este) y que se ve prolongada por una curiosa meseta (2.421 m.) que, a modo de espolón, se adentra al este de la cima en territorio francés para caer a pique sobre el Valle de Lescún. Esta meseta recibe en alguna cartografía el nombre de Pico Tabla o Tabla de los Tres Reyes (Table des Trois Rois), mientras que la cima de la Mesa, también recibe en alguna cartografía el nombre de Pico de los Tres Reyes.
Parece bastante plausible que el nombre del Pico Tabla sea una derivación del término "table" francés que significa "mesa". Ante este, bastante frecuente, caos de la toponimia se puede hacer un análisis puramente subjetivo (es mi reflexión) basado en el sentido común. Parece evidente que, desde numerosas perspectivas, esta montaña muestra un pico (poco semejante en sí mismo a una mesa) y un espolón plano que sí que se podría ver como una mesa. Así pues, me inclino a pensar que la denominación de "mesa" o "table" viene derivada de esa meseta que se desprende hacia el este. Ahora bien, que el nombre se derive de esa formación del relieve no quiere decir que se haya aplicado exclusivamente a ella. Es posible que se haya aplicado el nombre a la montaña en general aunque se derive de esa formación (del mismo modo que el Castillo de Acher se llama así por la forma de castillo amurallado de toda la montaña y no del punto más alto de la misma). Así pues, a mi modo de ver, en sentido estricto la Mesa de los Tres Reyes o Table des Trois Rois sería el espolón, y el Pico de los Tres Reyes o Pic des Trois Rois la cima de la pirámide que conforma el punto más alto. Sin embargo, me parece igualmente correcto denominar a la cima Mesa de los Tres Reyes o Table des Trois Rois por las razones que he expuesto más arriba.
Sobre el origen del nombre de los Tres Reyes, parece claro que se deriva del hecho de que la cima sea punto en que se juntaban las fronteras de tres reinos históricos: el Reino de Navarra, la Corona de Aragón y el Vizcondado de Béarn. Se decía que los reyes de dichos reinos podían discutir asuntos de estado uno frente al otro en la cima del pico, estando cada uno de ellos en su propio territorio.
Aunque no parece muy probable que los reyes subieran hasta allí para charlar, sí que es cierto que el panorama que se domina desde la cima es impresionante. Las cimas del macizo de Larra, con el Anie destacando imponente; el Circo de Lescún, el Petrechema con sus imponentes agujas, el Pirineo Navarro y, a lo lejos, el sector del Bisaurín y del Midi d'Ossau.
En la cima hay un buzón montañero, una maqueta del Castillo de Javier (Navarra) y una estatua de San Francisco de Javier, que algún rayo debió desencajar de la roca y permanece hasta ahora tumbada.
Habíamos visto diversas rutas de ascenso, pero decidimos hacer la más frecuente, la que parte del Refugio de Linza (1330 m.) y, por el Cuello de Linza (1930 m.), accede a la Mesa desde su cara sur.
Así que nos pusimos en camino a eso de las 9,30. Se empieza subiendo directamente, aunque la subida no es especialmente durilla al principio. Sin embargo, pronto tenemos buenas vistas de lo andado. A nuestra espalda el Txamantxoia (1945 m.) nos acompañará gran parte del camino. Todo está muy verde por aquí abajo...
En media hora llegamos a un llano donde hay un refugio (la Cabaña de Linza) en la cota de 1600 m. aproximadamente. Aquí tenemos la posibilidad de coger agua en el arroyo que cruzamos. Es bueno aprovisionarse bien porque desde el Cuello de Linza en adelante no tendremos más sitios donde cogerla, y aún hay un trecho. Al fondo tenemos ya el Mallo Acherito (2362 m.).
No tiramos hacia la cabaña, sino que empezamos ahora el primer tramo de subida un poco más seria, por las laderas de La Paquiza Linzola, a nuestra izquierda desde el prado anterior según miramos a la cabaña. Subimos unos 300 metros de desnivel con pendiente, aunque siempre por una senda bien marcada. Hay algún tramo un poco empinado en el que me di un pequeño susto una vez con nieve... pero ahora, en seco, es muy distinto.
En seguida se gana altura y se pasa por unos auténticos miradores aéreos...
Al rato aparece por detrás nuestro la Peña Ezcaurre (2049 m.).
Por fin, a las 10,40 llegamos al Cuello de Linza. Poco más de una hora con paradas para hacer bastantes fotos... Mi vicio en la montaña...
Desde aquí ya vemos las dos cumbres que flanquean la Foya d'a Solana: el Petrechema (2371 m.) a la derecha y... ¡la Mesa de los Tres Reyes (2444 m.) a la izquierda!
Es muy llamativo el cambio de color en la roca de toda esta foya. Predomina una roca de un tono gris-azulado, pero tiene enormes inclusiones de otra roca muy marrón. No soy geólogo, pero me impresiona mucho pensar los procesos que habrán tenido lugar bajo tierra para que se forme este paisaje...
Desde aquí tomamos un amplio camino a la izquierda que se dirige hacia el norte. Baja un poco para luego volver a subir, pero en general hay poca pendiente, por lo que se hace un tramo muy descansado.
En 15 minutos se pasa junto a un pequeño refugio-cabaña metálico.
Estos parajes son un auténtico espectáculo de formaciones rocosas curiosas. Esto no se aprecia muy bien en la foto, pero son como discos gigantes apilados de pie.
Al cabo de un rato de agradable paseo (unos 20 minutos desde el cuello) empieza de nuevo un tramo de subida empinada, en que el camino gira hacia el nordeste para superar un repecho de 200 metros que nos mete de lleno en un laberíntico karst.
Unos sarrios espantados por nuestros ruidosos pasos saltan por las rocas entrando en el karst, que ya flanquea nuestro camino de subida por el lado izquierdo.
Una mirada atrás nos muestra lo abajo que está ya la Paquiza.
Empezamos a tener unas vistas bastante majas del Petrechema, aunque nada comparado con lo que tendremos después...
En el horizonte, a pesar de la calima, podemos entrever el Ori, el primer dosmil del pirineo viniendo del Cantábrico.
En esta zona de karst abundan los árboles retorcidos y con ramas secas: auténticos supervivientes en las duras condiciones climáticas de la zona. Son las 11,30 y... ¡por fin estamos en la cota de 2000 m., la entrada al karst!
En todo este tramo no hay sendero claro, sino más bien trazas de senda marcadas con cairns o hitos. Es muy importante no perderlos pues si no puede ser bastante desagradable perderse en este desierto laberíntico de roca. Además, puede ser que luego se salga a un sitio por el que no se pueda bajar y haya que retroceder...
Otro peligro de la zona del karst son las numerosas simas que hay. Si vas siguiendo los hitos no hay problema, pero si te despistas y queda alguna (como la de la foto) medio tapada por un nevero, puedes tener un viaje desagradable a las entrañas de la tierra..
Tras atravesar todo el karst (unos 20 minutos si no nos perdemos) se baja un poco a la vaguada que recoge las aguas de los Picos de Budoguia y la Mesa y que baja desde el Col d'Escoueste (2121 m.). Por aquí remontamos en dirección este, ganando cota lentamente por las laderas de Budoguia, para alcanzar el collado que separa estos picos de la Mesa, y que se une al itinerario que sube desde Belagua.
A mitad de esta subida hay un pequeño repecho, con un paso encajonado entre rocas, donde por fin se nos abre la vista hacia los picos más orientales: en espléndido balcón.
También aparece por fin ante nosotros en toda su magnitud el Petrechema o Ansabere (2371 m.) con sus imponentes agujas (2378 m. la aguja norte y 2254 m. la aguja sur), pues hasta ahora nos lo tapaban los murallones del karst que hemos atravesado.
Un poco más y por fin llegamos al collado que separa la Mesa de los Picos de Budoguia, 2302 m. Son las 12,40.
Esta es la cumbre de la mesa, o más bien lo que se ve de ella desde este collado. Se puede subir directamente (creo que hay un camino por el lado izquierdo), o bien subir por la derecha, que es lo que nosotros hicimos.
El camino de la derecha tiene en seguida un paso un poco aéreo, pero es muy corto y sencillo (menos para los que tengan vértigo...).
Un pequeño resbalón o un mareo aquí nos harían dar un gran vuelo...
Después de esto sólo queda trepar por una chimenea muy fácil (no sé muy bien como va lo de los grados, pero creo que no llega al II) y en seguida está la cumbre.
La chimenea hacia abajo...
Pasamos por debajo de un curioso neverito...
...y por fin, la cumbre: 2444 m. Son las 12,55. Unas tres horas y media desde el coche, con paradas.
Las vistas desde arriba son muy bonitas.
Se ve perfectamente el Lac de Lhurs (1691 m.), ya en Francia.
Los Pics de Pene Blanque (2390 m. y 2299 m.) y Le Billare (2318 m.).
El Ori (2017 m.) en la lejanía.
Y, sobre todo, el Anie (2507 m.), que domina nuestra visión por el norte...
...y el Petrechema (2371 m.), con sus agujas, al sur.
Aquí se ve todo el camino por el que hemos subido desde el Cuello de Linza y la Paquiza.
La Gave d'Ansabere, en el lado francés.
Arriba hay una maqueta del Catillo de Javier, un buzón y una estatua del santo, aunque la última vez que estuve estaba tumbada... no sé si seguirá cuando vuelva...
Esta es una vista del karst que hemos de atravesar si venimos de Belagua.
En fin, tras una comida rápida sólo nos quedaba desandar lo andado. A la 13,35 empezamos el descenso y a las 16,50 estábamos en el Refugio de Linza, casi lo mismo que en subir a causa de todas las fotos que hicimos, que lógicamente no puedo poner aquí... pongo sólo unas pocas de ellas.
La Mesa desde el Cuello de Linza.
En el camino hacia la Cabaña de Linza.
La Cabaña de Linza con el Mallo Acherito al fondo.
Y por fin en el Refugio de Linza, tomando un merecido descanso antes de volver a las obligaciones que nos esperan, sobre todo a Juan Luis...
Ah, se me olvidaban Los Alanos, que vemos cuando bajamos hacia Zuriza, ya en el coche... Éstos para otro día.
Enlaces externos:
* La Mesa de los Tres Reyes en Wikineos.
Sí señor, todo un clásico. La verdad es que es una cima que te exige bastante, el lapiaz de la Solana es muy puñetero. Pero la recompensa es la cumbre es muy gratificante. Sigo buceando en tu archivo...
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